Cuando miramos al cielo nocturno, la mayoría de lo que vemos es practicamente lo mismo que vieron e inspiraron a nuestros ancestros. Las constelaciones, la Vía Láctea, estrellas fugaces y el cielo mismo está impregnado en lo que define a nuestra sociedad, nuestra cultura y nuestra religión.
Estamos a punto de perder el cielo nocturno.
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Actualmente, SpaceX y otras compañías estan planeando el lanzamiento de miles de satélites brillantes en orbitas alrededor de la Tierra [refs 1 , 2 , 3 ]. De hecho, SpaceX ya ha lanzado 120 satélites, y espera lanzar otros 60 cada semana. Si esto continua, las constelaciones que nos son tan familiares seran constantemente contaminadas por el paso de estos brillantes satélites [refs 0 , 9 ] , que superaran en número a las estrellas visibles a ojo desnudo. En tan solo unos pocos años, el cielo nocturo que conocemos --- y que nuestros ancestros han conocido por milenos --- estará irremediablemente perdido.
El cielo nocturno provee una de las vistas mas inspiracionales que ofrece nuestro planeta. Reflexionar ante la inmensidad del universo provee inspiracion para niñ@s, artístas, científic@s y pensadores religiosos. El cielo nocturno es tambien parte integral de la naturaleza. Por ejemplo, cuando los pájaros migran hacen uso de las estrellas para navegar [ 5 ]; satélites brillantes contaminando el cielo podrían interferir fuertemente con dicha carta de navegación [ 0 , 6 ]. Adicionalmente, los satélites ya estan causando un grave daño a la astronomía profesional [ 6 , 8 ].
La capacidad de SpaceX para lanzar tantos satélites es, por supuesto, un gran avance tecnológico. Proveer internet a billones de personas es sin duda un objetivo que tiene sus méritos, y Elon Musk ha sido un líder influyente, que apoya la ciencia y la tecnología. Pero el potencial que tiene el proyecto Starlink de SpaceX de degradar el cielo nocturno parece ser un punto ciego en el plan de Elon Musk. La idea final es viajar a Marte --- una idea ambiciosa e inspiradora: pero está la gente en nuestro planeta dispuesta a pagar un precio tan alto como el cielo nocturno para alcanzar este objetivo?
El poder de lanzar tantos satélites a un precio tan bajo descansa en una laguna legal. No existe una ley espacial comprensiva que regule o prohiba la polución lumínica desde el cielo [ 7 ]. Este, a su vez, no debería venderse al mejor postor. El mundo natural, el planeta Tierra y el cielo no son simplemente bienes que deban venderse al mejor postor dentro de una elite. Ellos van mas alla del valor monetario, formando una parte fundamental de quienes somos. No podemos perder el cielo.
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